La pepitoria es una de las recetas de la abuela con más tradición en nuestra tierra. Con ingredientes sencillos se consigue un guiso con el que no parar de mojar pan. Es un plato perfecto para dejar preparado con antelación, porque de un día para otro, gana en sabor.
Ingredientes
- Un pollo troceado de producción ecológica
- 1 cebolla
- 3 huevos
- 2 dientes de ajo
- 1 rebanada de pan
- 40 gramos de almendra cruda pelada
- 200 mililitros de vino blanco seco
- 250 mililitros de caldo de ave o de agua
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra molida
Elaboración
Salpimentamos el pollo. Si lo prefieres, puedes quitarle la piel para tener un plato con menos grasa.
En una cazuela ancha y baja, doramos los trozos de pollo con aceite de oliva virgen extra y a fuego vivo. Cuando estén dorado por todas partes, reservamos.
Cortamos la cebolla en juliana. Aplastamos con ayuda del cuchillo los ajos y los dejamos con su piel para que no se quemen.
Sofreímos en el mismo aceite del pollo hasta que la cebolla esté bien hecha. Mientras tanto, cocemos los tres huevos.
Preparamos el majado. Empezamos friendo el pan con cuidado de que no se queme. Lo reservamos. Freímos las almendras en el mismo aceite, moviendo con asiduidad para que no se quemen, porque darían un sabor amargo.
Pelamos los huevos y sacamos las yemas. En un mortero o robot de cocina, ponemos las yemas de huevo, el pan frito, las almendras, un poco de sal y las hebras de azafrán. Trabajamos hasta que se quede una pasta bien integrada.
Añadimos el pollo a la cazuela. Subimos el fuego y echamos el vino. Dejamos que el alcohol se evapore y aprovechamos para desglasar el fondo rascando con una cuchara de madera.
Ponemos en la cazuela el caldo o el agua y el majado. Dejamos cocinar a fuego lento hasta que el pollo esté hecho, unos 40 minutos.
Picamos las claras de huevo y las incorporamos al guiso en el último momento. Hay quien le pone un poco de jamón picado.
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